Entrevista a Bill Gates despues de dejar Microsoft

Vía:  Aeromental > iEco El Clarin



Cuando pasa revista a los últimos 30 años, ¿cómo evalúa sus logros?

Bill Gates: Lo que pasó me resulta un poco mágico. Soñábamos con una industria de software y herramientas que le dieran más poder a la gente. La computadora personal (PC) ha llegado a ser eso. Hoy tenemos una industria del software gigantesca que hace 30 años no existía. Tenemos mil millones de personas que usan una PC en forma habitual y la variedad de usos es fenomenal.


Cuando la gente habla de las PC, ¿piensa sobre todo en productividad?

BG: Puede ser, pero yo pienso en los ciegos, que tenían que esperar a que los textos se escribieran en braille y que ahora pueden navegar en Internet. Estamos viendo productos creados digitalmente, y el costo y el tiempo de producción son totalmente diferentes. Microsoft está en el corazón de la revolución que ha llevado el software a las PC y ahora a los celulares, los televisores y los autos. Microsoft ha ayudado a decenas de miles de empresas a crecer sobre la base de la plataforma que nosotros creamos.


¿Hay algo de lo que se arrepienta?

BG: Desde ya que, al mirar atrás, pienso en algunas personas que contraté, en las veces en que me comporté ingenuamente, en las adquisiciones que hicimos o en las cosas que podríamos haber lanzado antes. Pero no cambiaría nada, porque es un sueño hecho realidad haber podido desempeñar un papel tan importante. Aprendíamos a medida que avanzábamos, incluso de nuestros errores, porque fuimos la primera compañía que creyó en las PCs. Toda la industria ha crecido en torno a nuestro sistema operativo Basic, luego MS-DOS y finalmente Windows.

Pero la PC ya no es el centro.

BG: Hablo del software, no de la PC, ese objeto increíble gracias al cual surgió Internet. No debemos minimizar el papel de la PC, pero ésta es una cuestión de software. Gracias al software, estamos revolucionando la TV, la forma de manejar un auto, de usar un celular. Nos mantuvimos alejados del hardware a propósito. Pero, cuando uno ve esas computadoras ultra-portátiles reemplazando a las notebooks en las escuelas y a muchas PC en las empresas, no se puede subestimar su importancia.

¿Pero la distribución de ese software evolucionó, afectando su modelo de negocio?

BG: Se han logrado grandes avances en las interfaces gráficas y en la potencia de las aplicaciones personales, que nos permiten, por ejemplo, intercambiar planes de negocios en forma remota. Se ha creado un nuevo lenguaje. Todo va por fibra óptica. Así fue como se creó Microsoft, sobre la base de la idea de que los avances en hardware y software nos permitirían ser más ambiciosos. Es por eso que, cuando fundamos la empresa, dijimos: Una computadora en cada hogar y en cada escritorio.

Su visión se hace realidad.

BG: Pudimos prever ciertas cosas. Algunas se hicieron realidad y otras deberían serlo en los próximos 20 años. Habrá avances. El reconocimiento de voz, la tinta digital y las pizarras inteligentes aún no existen, salvo en el centro de investigación de Microsoft. Siguen siendo caros y no muy aplicables pero es cuestión de tiempo.

¿Cuánto tiempo?

BG: Ya estamos viendo algunos resultados: Microsoft Surface para pantallas táctiles, 3D con Nintendo. Con el software Tell Me, se le puede pedir oralmente a un teléfono que le dé un número. Pero pasará otra década antes de que estas interfaces se vuelvan algo común.

¿Qué aplicaciones ve a esas interfaces fuera del mundo profesional?

B.G.: Todavía no llegamos al punto en que todos los estudiantes puedan usar una tablet PC para tomar notas en clase. Llevará tiempo. Hace falta adaptar programas y el apoyo de los profesores. Mi hija va a una escuela que usa ese tipo de cosas.

Su competencia ha cambiado mucho en los últimos 30 años. ¿Considera que Google es la transformación más importante que ha tenido que enfrentar Microsoft?

B.G.: No. Esto es como las elecciones presidenciales en los Estados Unidos: cada una parece la más importante de la historia. Es algo normal. Uno quiere entusiasmar a la gente, darle la sensación de que es un momento crucial. Hemos vivido muchos momentos importantes en Microsoft. Creamos Microsoft Office en un clima de competencia muy difícil. Tuvimos que superar muchos desafíos, y esa es una de las cosas lindas que tiene esta industria: es muy fácil crear una empresa de software propia porque, con el volumen generado por las plataformas de Microsoft, se pueden vender los productos a muy bajo costo pero, al tener gran volumen, se pueden hacer grandes esfuerzos de desarrollo.

Para usted, eso quiere decir más competencia.

B.G.: Es bastante normal ver que estas nuevas compañías aparecen en escena con soluciones muy especializadas e ideas radicales. La mayoría de esas empresas fracasa pero a otras les va muy bien. La competencia siempre ha sido dura. Microsoft está presente en mercados muy diferentes. No tenemos un solo competidor.

Pero esta vez usted se enfrenta a un Google que está poniendo en peligro su modelo económico.

B.G.: No. Fíjese en qué negocios tenemos actividad: software de sistemas, bases de datos, servicios profesionales de mensajería electrónica. Google no existe en estos mercados. En realidad, su éxito se basa en una cosa: los links patrocinados de su motor de búsqueda. En eso han hecho un trabajo fenomenal, son líderes. Pero espero que la gente quiera competencia.

¿Cree que puede rivalizar con Google en ese mercado?

B.G.: Queremos invertir en nuevas ideas y ofrecerlas. Hoy las búsquedas de Internet desembocan en el ofrecimiento de links. Los usuarios no quieren links, quieren respuestas. La tecnología puede mejorarse. En cuanto a lo demás, Google no ha logrado imponerse en los mercados donde estamos nosotros. Pero puede ingresar a ellos gracias a las ganancias que obtiene de las búsquedas en Internet.

¿Cómo encuentra hoy gente de talento para enfrentar estos desafíos?

B.G.: Tenemos investigadores increíbles en Redmond, Washington, nuestra oficina central. Acabamos de inaugurar un centro en Boston. Tenemos uno en California y también estamos en China e India. Acaban de elegirnos el mejor grupo de investigación para trabajar. Al atraer a personas inteligentes, otras personas inteligentes quieren trabajar con ellos.

¿Cómo se manejan con la escasez de ingenieros?

B.G.: En muchos países, la cantidad de personas que sigue carreras científicas está en baja. Casi todos los países ricos están preocupados. En China e India, por el contrario, esa cifra crece. Esto significa que esos alumnos, cuando busquen empleo, se sentirán tentados a mudarse. Pero las políticas de inmigración son cada vez más restrictivas. De modo que parte de esta actividad se trasladará a Asia, donde están los mercados del mañana.

¿Qué hará Bill Gates en los próximos meses y años?

B.G.: Para mí, el cambio más grande será pensar cómo mejorar la vida de los más pobres del mundo, ya sea que necesiten educación, aumentar sus cosechas o encontrar mejores tratamientos médicos. No es normal que todos los grandes inventos beneficien a los 2.000 millones de personas más ricas. Deberían beneficiar a todos. Mi fundación aprovecha la riqueza que tuve la suerte de conseguir gracias al éxito de Microsoft y la redistribuye en la sociedad para que tenga el máximo impacto, en especial para los 2.000 millones de personas más pobres. Y mi amigo Warren Buffett trajo una parte importante de su fortuna a la fundación.

¿Va a tener más hobbies?

B.G.: Será un trabajo full time tratar de atraer científicos y apostar a nuevos enfoques, sentarse con los gobiernos del primer mundo para hablar sobre sus programas de ayuda o la forma de trabajar juntos para que sean más eficaces. Todo eso me llena de entusiasmo. Es poco común tener dos empleos: el de Microsoft, que fue genial, y ahora éste, que está resultando igual de absorbente.

¿Cómo organizará su tiempo?

B.G.: Me ocuparé de Microsoft parte del tiempo pero mi trabajo será la fundación. No voy a participar en el día a día de Microsoft, mientras que hasta ahora la parte más importante de mi trabajo era coordinar todo y saber todo, o al menos tratar. Ese ya no será mi trabajo.

De algún modo, se queda.

B.G.: Por supuesto. Sigo siendo el presidente del directorio, y Steve Ballmer, el CEO, seleccionará algunos proyectos para mí. Probablemente ésta sea una de las sucesiones mejor organizadas que yo conozca. Con Steve, hablamos hace 3 años, después lo analizamos con el directorio y decidimos hacer pública la decisión hace 2 años. Desde entonces, preparamos a todos para que el cambio pueda hacerse del modo más suave posible. Estoy satisfecho con cómo están saliendo las cosas. Es una sucesión bien planeada.

Traducción: Elisa Carnelli

Copyright The New York Times News Service

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