- Nunca falta la quien que se queda de ver debajo del reloj, o en las escaleras.
- La parejita de novios comiéndose a besos, causando la envidia de los demás.
- Salir por la entrada, cosa que nadie respeta.
- Cuando el jetón en su rico «Pistachito» se saca los mocos y los engulle con placer.
- No podemos olvidar al que sube al metro usando el celular en el cinturón que mide mas de 20 cm. de largo y un radiolocalizador con pantalla parecida a la de un Gameboy, ya sea uno de un lado y otro del otro, o bien, ambis en el mismo lado.
- El vale madre que se sienta en los lugares reservados a incapacitados, ancianos, mujeres embarazadas y con niños en brazos.
- La torteada al entrar o salir del vagón.
- El pendejo arrimándote el camarón mientras uno va sentado a lado del pasillo.
- La bolita de cuates que pretende llamar la atención hablando muy fuerte y haciendo toda clase de pendejadas para hacer reír a la gente.
- El güey que se siente carita y va coqueteando con la que se le pare enfrente.
- El maricón tratando de ligarte desde el otro lado del vagón.
- La mamacita que no te pela.
- Los pinches escuincles que entran corriendo para ver si alcanzan lugar.
- Los mismos escuincles con sus mochilas cargadas y pesadas hasta su madre recorriendo los pasillos golpeando a todos.
- La señora regañando a sus hijos, tratando de que se estén sosiegos.
Leyes del metro de la Ciudad de México
